La cita es a las 7 de la tarde en el boulevard donostiarra. El quiosco que hace un año acogiera las tiendas de los indignados del movimiento 15 M en Donostia es ahora el lugar de reunión semanal de los miembros de la plataforma de Stop Desahucios para coordinar sus acciones. Llueva, haga viento, frio o sol, alrededor de una decena de personas se reúne semanalmente para tratar de dar una respuesta al vacío legal e institucional al que las personas afectadas por la hipoteca se ven abocadas.
En Donostia,
la comisión de Vivienda del 15M y Kepasakonlakasa fueron el germen de
este colectivo, que unieron sus fuerzas para crear la plataforma de Stop
Desahucios de Gipuzkoa. Sin embargo hay una pequeña singularidad con el
resto de las plataformas. Mientras que en las demás localidades son los
propios afectados quienes comienzan a juntarse a través de la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca, para después crear los grupos
de apoyo, en Gipuzkoa se fue conformado por gente que de alguna manera
era solidaria o que veían injusta la posición de los afectados frente a
los bancos. Paradójicamente, la mayoría de sus miembros viven de
alquiler o ni siquiera tienen hipoteca.
Por el momento, los miembros de la plataforma de Stop Desahucios no
han tenido que paralizar ningún desahucio en firme, a pesar de que
durante el 2011 se produjeran del orden 7 al día en la Comunidad
Autónoma Vasca. “La gente no lo hace público por vergüenza en muchas
ocasiones”, afirma Mikel Sánchez, uno de los portavoces de la
plataforma. “Prefieren abandonar la vivienda en silencio”.
Desde su creación hace tan solo unos meses, las plataformas de
Gipuzkoa gestionan actualmente una treintena de casos. Su objetivo, y
ante la falta de iniciativas institucionales, es la de atender a los afectados,
por lo que se dedican a estudiar cada situación para atender a personas
sólo en casos de vivienda habitual, en los que “el afectado no pueda
hacer frente a los pagos por causas ajenas a su voluntad y no tiene
otras propiedades. A veces, nos prestamos a mediar con el banco o a
acudir a las instituciones o en un caso extremo, intentar paralizar el
desahucio para ganar tiempo. La propuesta suele ser flexibilizar los
pagos, pero si hay una imposibilidad de pagar la hipoteca por falta de
ingresos o agotamiento del subsidio, el objetivo a conseguir es que
aunque te echen de tu casa no te quede una deuda de por vida o que te
permita seguir viviendo en tu casa durante un periodo de tiempo pagando
un alquiler social. Hasta ahora, el banco se niega a cualquiera de estas
propuestas.”
Sorprende que apenas una docena de miembros de la plataforma sea
capaz de gestionar una treintena de casos. “Lo hacemos después de
nuestro trabajo, en nuestro tiempo libre y con un par de abogados que
trabajan de manera desinteresada con el colectivo, asesorando a los
afectados. Estamos haciendo el trabajo de las instituciones”, se lamenta
Sanchez
Las cifras para el 2012 son alarmantes: “Sin duda, el numero va a
crecer de manera exponencial, una vez el gobierno del Partido Popular
comience con las medidas de recortes, a la vez que las prestaciones por
desempleo comienzan a agotarse. La previsión es que afecte a capas más
amplias de la sociedad”
“El perfil de una persona afectada media corresponde al de una mujer, en paro, separada y con hijos a su cargo”
El resultado de la unión de las cajas de ahorro del Pais Vasco, Caja
Vital en Alava, BBK en Bizkaia y Kutxa en Gipuzkoa, dieron lugar a
Kutxabank, que se ha convertido de esta manera en el banco que mayor
numero de desahucios efectúa en la CAV, un 60%
aproximadamente. Sin embargo, no es el único. “Hasta ahora, nos hemos
encontrado con todo tipo de bancos” continúa Sánchez. Por un lado,
mientras Kutxabank firma protocolos de adhesión al servicio de mediación
hipotecaria del Gobierno Vasco, apareciendo ante los medios como un
banco responsable y comprometiéndose a no iniciar durante un mes ninguna
reclamación judicial por impago de hipoteca, continúa desahuciando o
negándose en repetidas ocasiones a sentarse a renegociar la hipoteca de
muchas de las afectadas.
El mismo día que Kutxabank firmó ese protocolo, una treintena de
activistas y vecinos apoyaban bajo un continuo sirimiri a Juan Carlos
Infante, irundarra de 36 años. “Pude seguir pagando gracias al dinero de
la prestación por desempleo. Una vez que se me acabó, con los 400 euros
del subsidio de garantía era imposible”, señala Infante,
sorprendido por el apoyo recibido entre los vecinos a los que apenas
conocía, delante de la que hasta hace unos días era su casa.
“No es justo que le echen de su casa por no poder pagar unos meses”,
afirma uno de los concentrados, mientras se calienta con un caldo que
varios miembros del colectivo han repartido entre las personas decididas
a parar el desahucio. “Nunca había hablado con él, yo vivo en la calle
de al lado y le conozco de vista”. La lluvia y el frio persistirán
durante todo el día, al igual que los miembros del colectivo, que
montarán guardia delante de la casa hasta las 20h.
Juan Carlos llevaba 15 años pagando todas las mensualidades, hasta
que un día, al volver a casa, se encontró con que el banco le había
cambiado la cerradura. Sin embargo, no dudó en volver a cambiarla de
nuevo para volver entrar en la que todavía considera su casa, aunque en
banco ya la ha adquirido en subasta a un 60% del valor a la que fue
tasada, y la haya puesto a la venta más cara del precio al que Juan
Carlos la adquirió. Por si esto fuera poco, se niegan a cualquier tipo
de negociación hasta que Juan Carlos no salde la deuda de 54.000€ que
aún mantiene con Kutxabank, aunque éste haya encontrado un nuevo empleo y quiera volver a pagar los meses que le faltan.
“Quizás ahora que su caso ha salido a la luz tenga una oportunidad”
afirma sin mucha esperanza Fernando Arocena, portavoz de la plataforma.
Reconoce que es un caso al que han llegado tarde. El siguiente paso de
la plataforma Stop Desahucios de la zona de Bidasoa es pedir una
asistencia gratuita en el juzgado y un aplazamiento del caso. Aun así,
es probable que Juan Carlos corra la misma suerte que sus vecinos del
piso de arriba, desahuciados en silencio hace unos meses.
Las personas afectadas no son exclusivamente migrantes, como
erróneamente se cree. Este falso tópico oculta una realidad más profunda
y dolorosa si cabe. El perfil de los afectados es variado: familias con
todos los miembros en paro, personas con trabajos precarios, personas
migrantes… “Pero el perfil que más se repite ,
corresponde al de una mujer, en paro, separada y con hijos a su cargo,
algunas de las veces incluso, víctimas de violencia de género” señala
Sánchez.
“Las soluciones mágicas ante una persona que cobra 426€ de
prestación no existen, a no ser que los jueces comiencen a dictar
sentencias favorables a los afectados”
Que el Gobierno Vasco haya accedido a ser mediador entre las partes,
es uno de los pequeños éxitos de este colectivo, ya que hasta ahora no
existía una figura institucional que acometiera este tipo de respuesta
para los afectados, “Tuvimos que crearla nosotros”, afirma Sánchez,
“hemos hecho el trabajo de las instituciones”.
Desde el 2 de mayo de 2012, el Gobierno de Gasteiz ha creado un servicio de mediación
entre las personas afectadas y las entidades bancarias. Básicamente, el
servicio consta de tres puntos: un asesoramiento que explica los puntos
más sensibles de la hipoteca que se va a firmar, informando al
contratante de cuestiones como la deuda solidaria, si existe alguna
clausula abusiva… Por otro lado, el departamento de Vivienda se ofrece a
dar una vivienda en alquiler a los afectados, lo que genera algunas
dudas, “Habiendo listas, no sabemos cómo lo van a tratar, por que los
recursos son limitados. Estas personas, ¿Van antes o después de las
víctimas de la violencia de género, antes o después de las víctimas de
ETA, antes o después de los que ya están apuntados?” se pregunta
Sánchez, “¿Las casas van a salir de las listas actuales de VPO en
alquiler o de las promociones de VPO que no han podido vender? Está bien
decir que se va a procurar, pero el parque de viviendas públicas en muy
limitado. Puede haber una vivienda libre en Deba, otra en Oiartzun y 4
desahuciados de Zumarraga…”
En última instancia, Gobierno
Vasco, tramitaría una mediación con las entidades financieras en caso de
desahucio. Sin embargo, Sánchez considera un brindis al sol este tipo
de políticas. “Por un lado, la mediación es lo que estamos haciendo
nosotros actualmente. Un asesor del Gobierno Vasco no va a ser más que
eso, ya que aunque medie entre el afectado y la entidad, éstas no están
obligadas a acogerse a ninguna medida, ya que durante la mediación los
asesores no actúan como árbitros, tan solo van a actuar como consejeros.
La única manera de seguir adelante es que el banco asuma que va a tener
pérdidas. Las soluciones mágicas ante una persona que cobra 426€ de
prestación no existen, a no ser que los jueces comiencen a dictar sentencias favorables a los afectados como ha ocurrido en un caso en Iruña”.
El objetivo fundamental del colectivo, aparte de hacer visibles ante la sociedad a los desahuciados, es también denunciar
la actitud de los políticos y las instituciones. ” Para paliar la
situación de los desahucios se pueden hacer cosas, cambios legislativos,
cambiar la política de vivienda…” Concreta Sánchez.
“Uno de nuestros objetivos es conseguir que el afectado pase
de sentirse culpable a sentirse víctima, que es lo que es realmente”
Las instituciones han comenzado a moverse una vez que se ha generado
el debate en la calle. “Era impensable hace un año que el Partido
Popular creara un decreto, aunque es inaplicable en Euskal Herria”,
afirma, “porque los requisitos que imponen a los afectados son
imposibles de cumplir. Por ejemplo, en una ciudad de más de 100.000
habitantes el tope de la hipoteca debe ser de 150.000€, y aunque en
Gipuzkoa solo lo cumple Donostia, ¿Alguien conoce a una persona que se
haya comprado una casa por menos de esa cantidad?”
En caso de ser de menos de 100.000 habitantes, el tope de la hipoteca
debe de ser de menos de 120.000€. Además, todos los miembros de la
familia deben de estar en paro, y si existen avalistas, también deben de
estar en paro.
Para la plataforma, es fundamental que el afectado pase de sentirse culpable a sentirse víctima,
“con toda la responsabilidad que tenemos cada uno, incluidos bancos,
instituciones y políticos. El afectado hasta ahora era el fracasado, y
ese concepto hay que cambiarlo por un la entidad financiera me está
puteando y me va a quitar la casa”, declara Sanchez. “Es como si la ir
al médico, éste te ofrece una pastilla como remedio, y una vez te la
tomas, y te sienta mal, te dice que él no te obligo a tomártela”.
“Lo que no es normal, es que se queden con mi casa por el 60% que me
pidan el 40% en deuda y que al mes siguiente vendan la casa y hagan más
dinero…” concluye.
Stop Desahucios acompaña a Mari Carmen a al banco. Kutxa se niega a a recibirla
Kutxabank se ha negado hasta ahora a renegociar los impagos, llegando incluso a negarse a recibir a los propios afectados.
Mari Carmen Vazquez es una de las primeras afectadas
por la hipoteca que recurrió a la plataforma en busca de ayuda.
Desahuciada de su hogar donde hasta hace unos meses vivía con su marido e
hijos, lucha ahora desesperadamente para que Kutxabank no deje en la
calle a sus padres, de 77 y 79 años, con severas minusvalías ella, y
problemas psíquicos él.
Sentada ante la citación del juzgado que pone fecha final a los 42
años que sus padres han vivido en la casa donde ella creció, se frota
los ojos, cansada. Hoy ha tenido un extra limpiando una sociedad
gastronómica, y lleva muchas horas en pie.
El origen de este drama, comienza cuando ella se hace cargo de una
deuda contraída por sus padres con uno de sus hermanos. Sin dinero para
poder hacer frente a los pagos, acceden a rehipotecar el piso,
contrayendo Mari Carmen y su familia la deuda con el banco. “Kutxabank
me propuso unir los dos préstamos a mi nombre, ya que se supone que al
unirlas, el interés es más bajo” señala. Sin embargo, la unión de los
intereses a supuesto un total de 1700 euros en el pago de ambas hipotecas cada
mes, El sueldo de barrendero de su marido, y el de limpiadora de ella,
se queda reducido a mínimos, por lo que tras ser incapaces de hacer
frente a su hipoteca, el banco les obliga a abandonar la casa. Ahora
deben de hacer frente a esa deuda y sumar el alquiler de la casa donde
viven de alquiler. “Hoy es el cumpleaños de mi hijo, pero aquí no se
celebra nada” afirma Mari Carmen con una amarga sonrisa. “Le voy a hacer
huevos con patatas, que es su plato favorito”.
Recuerda con rabia el trato recibido por el banco durante todo este
tiempo. “Han llegado a amenazarme diciendo que mis hijos van pagar la
deuda”. Kutxabank se ha negado hasta ahora a renegociar los impagos,
llegando incluso a negarse a recibir a los propios afectados.
Conocedores de esta realidad, miembros de la plataforma, acompañaron a
Mari Carmen hasta la sede central de la entidad rodeados de medios de
comunicación, para entregar una solicitud de reunión, sin contestación
hasta la fecha.
Tras dar a conocer el caso al ayuntamiento de Renteria, el
consistorio solicitó mediar con el banco antes del desahucio de la
primera vivienda. Sin embargo, mientras su familia recibía la carta
donde se les ordenaba abandonar su casa el 7 de mayo, la entidad fijó la
reunión con el ayuntamiento para el día 9. “Soy consciente de que si
hacen una excepción conmigo y negocian, tendrán que negociar también con
el resto. Y claro, somos muchas”.
Sin el apoyo de sus vecinos y amigos, reconoce que
habría sido imposible hacer frente a muchos pagos. Su hija, que cumplirá
18 años en unos meses, la anima ante el oscuro futuro al que se han
visto abocados. Está decida a encontrar un trabajo durante este verano
para ayudar en casa. “Mi hija dice que nos sobra el hierro, porque no
dejamos de comer lentejas”.
Sabe que tiene pocas posibilidades ante el banco. Sin embargo,
animada por el apoyo que le ha brindado la plataforma y vecinos durante
estos meses, está decidida a presentar batalla. “Tendrán de que tirar la
puerta, porque la llave no la pienso dar”. Muchos de sus vecinos, han
comenzado a dar de baja sus cuentas en la entidad, como forma de protesta ante la situación.
Mientras tanto, busca un nuevo lugar donde realojar a sus padres.
“Aun no les he dicho que tienen un mes para marcharse de su casa”,
declara entre sollozos. Su madre le ha llegado a confesar que prefiere
morirse, para no ser un molestia. Tras 42 años viviendo en su casa, aun
continúa buscando un lugar donde poder realojarlos.
“Van a tener que echarme”, repite firme ante los papeles de la citación. “Esta gente no tiene corazón”.
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A lo largo del 2011, se produjeron 2.242 desahucios en la Comunidad Autónoma Vasca.
Los recortes, la falta de ayudas institucionales y el aumento del
paro, hacer preveer que durante el 2012, la cantidad de desahuciados se
dispare. Sin embargo y a pesar del gran numero de desahucios, las
personas obligadas a abandonar sus casa se resisten a denunciar y a
hacer públicos sus casos. Desde hace un año, y al calor del movimiento
15M, grupos de personas anónimas unidos en asambleas contra los desahucios, han comenzado a hacer visible este problema,
obligando al Gobierno Vasco a crear un sistema de mediación con las
personas afectadas o con la ayuda de la presión social, renegociando con
los bancos las hipotecas de los afectados o parando momentaneamente al
menos los desahucios.
Con Stop Desahucios Gipuzkoa ponemos rostro a los activistas y a los nuevos “exiliados” del sistema económico.
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Un artículo de JAVI JULIO para periodismohumano.com
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